7 grandes beneficios de comer salsa picante según la ciencia

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Es bien conocido por el resto del Mundo que a los mexicanos nos encanta ponerle salsa a todo. Culturalmente, es una delicia que no puede faltar en la mesa y el compañero ideal para una de las comidas más icónicas que tenemos: los famosísimos tacos. Es todo un deleite culinario ponerle salsa a nuestro taco y darle una gran mordida. La buena noticia es que además del placer que nos pueda brindar ese toque de picor, la salsa tiene propiedades que ayudan a nuestra salud. Es por eso que hoy nos dimos a la tarea de contarte 7 razones más para ponerle salsa a todo.

 1. Ayuda al rejuvenecimiento
Así es. La salsa puede ayudarte a retardar los efectos del envejecimiento, debido a que su principal ingrediente —el chile— es rico en vitamina C, que es el precursor principal de la producción de colágeno en nuestro cuerpo. De hecho, la ingesta de unos 30 gramos de jalapeño picados contiene alrededor de 40 miligramos de dicha vitamina, lo que equivale al 66% de la ingesta diaria recomendada. Pero los beneficios no acaban aquí. Además, contiene vitamina A, flavonoides y muchos antioxidantes. Estos últimos brindan propiedades rejuvenecedoras, reducen y previenen la inflamación celular, por lo que la salud en tu piel se verá beneficiada, así como dientes, huesos y sobretodo de tu sistema inmunológico.

2. Quema calorías
Si la salsa que estas a punto de ingerir es muy picosa, lo más seguro es que sea alta en capsaicina, sustancia que hace que en el cuerpo se active la llamada grasa marrón o tejido adiposo pardo. Esta grasa es almacenada y tiene como función la producción de calor para mantener una temperatura saludable cuando el cuerpo está expuesto al frío. Es por ello que, al estar enchilados, se produce calor, enrojecimiento y ardor en nuestro organismo. Pero una buena enchilada crea en tu organismo un efecto termogénico provocando la quema de calorías.


3. Reduce el apetito
Por otro lado, la salsa picante ha demostrado reducir la cantidad de alimentos que se consumen durante su ingesta. Esto debido a que el picor nos provoca consumir más líquidos, lo cual nos ayudara a llegar a la sensación de estar llenos más rápido e hidratarnos mejor.

4. Mejora la visión
Otro beneficio de los chilese es que son una fuente generosa de vitamina A y fitonutrientes, tales como la luteína y la zeaxantina, que promueven la salud ocular y previenen la ceguera causada por el envejecimiento. Así que una buena dosis de salsa puede ayudar a mejorar tu visión y prevenir su deterioro.

5. Aleja a los resfriados
Como ya te hemos mencionado, la salsa es rica en vitamina C, vitamina A y antioxidantes, lo cual ayudará a reforzar tu sistema inmunológico manteniéndote lejos de los resfriados. Ahora que si ya estas resfriado, una buena dosis de picor hace que hasta la nariz más congestionada sea vencida. Esto gracias a dos de las sustancias que se encuentran en los chiles: la capsaicina de la que ya te hemos hablado, y el isotiocianato de alilo que irritan las membranas de mucosa de la nariz, haciendo que produzcan más secreción nasal como un mecanismo de defensa. Por lo que, si necesitas descongestionar tu nariz, comer salsa picante es un método rico, divertido y nutritivo.

6. Desinflama y ayuda a reducir el dolor
Nuevamente, debido a la capsaicina —la cual reduce el dolor articular y la inflamación del cuerpo— el picante ayuda a desinflamar los músculos, lo cual es una excelente noticia para quienes hacen ejercicio y desean acelerar el proceso de recuperación muscular. También es excelente para aquellos que sufren de dolores articulares y artritis. Las propiedades analgésicas de la capsaicina son tan populares y poderosas que hasta es utilizada como ingrediente en las cremas para el dolor. Un tip importante a considerar es que mientras más picante sea el chile, más capsaicina tendrá y, por ende, mejor será para su salud.

7. Mejora el estado de ánimo
Al ingerir picante, el cerebro interpreta su componente irritante como una señal de peligro y desencadena una serie de mecanismos de defensa para controlar su efecto: el ritmo cardiaco se acelera, fluye la adrenalina y se dilatan los vasos sanguíneos. Pero lo más importante es que el cerebro también libera una de las llamadas hormonas de la felicidad: las endorfinas, lo que explica la sensación placentera que en ocasiones se experimenta al comer algo muy picante.


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